La capacidad de un acero para transformar su microestructura ferrita-perlita en una microestructura dura como la martensita durante un determinado proceso de temple, depende de la composición química, y está relacionada con un parámetro denominado templabilidad. Todos los aceros aleados tienen una relación específica entre las propiedades mecánicas y la velocidad de enfriamiento.
"Templabilidad" es un término utilizado para describir la capacidad de una aleación para endurecerse por transformación microestructural a martensita, mediante un calentamiento por arriba de la línea A3 y seguido por un proceso de enfriamiento acelerado, proceso conocido como tratamiento térmico de Temple. Templabilidad no es dureza, que significa resistencia a la penetración, aunque se utilizan medidas de dureza para determinar la extensión de la transformación martensítica en el interior de una probeta. Un acero aleado de alta templabilidad es aquel que endurece, o forma microestructuras dura como martensita, no sólo en la superficie sino también en su interior, es decir, la templabilidad es una medida de la profundidad a la cual una aleación específica puede endurecerse.
La templabilidad viene definida por la curva TTT y la penetración del temple por la interacción de esa curva con las de enfriamiento. Por tanto, si se comparan entre sí los resultados de templar una pieza de un mismo tamaño empleando igual severidad de enfriamiento, el resultado del temple dependerá exclusivamente del acero. En ello se fundamenta el ensayo Jominy.